miércoles, 2 de abril de 2014

El síndrome de las familias locas

En Colombia "el último grito de la moda" son las familias locas, núcleos familiares en los que todos quieren matarse con todos, las madres a los hijos, los padres a las madres y en el sentido contrario de una manera muy bella (como diría una muy famosa ex señorita Antioquia). Aquí nadie discrimina, no importa si usted es de clase alta o baja, si es joven o viejo, si es hombre o mujer, si es un “héroe de la patria” o un simple civil de a pie. Y eso que la gente todavía cree que los locos eran los Adams, no señor, las familias locas están en Colombia y visten a color.

Hace poco en clase de teatro, se trajo a colación un guión de Sergi Belbel, que viene perfecto al caso, la historia se desarrollaba en una casa como la suya o la mía, en la que una pareja de esposos discutía. Al principio todo parece normal, como una de esas tantas peleas maritales que todos conocemos o de las que hemos oído hablar, sin embargo, a medida que avanza el texto la cosa se va calentando, comienzan los reproches, los gritos, los insultos y ¡Bam! Un golpe por aquí y un par por allá.

Lo que Belbel tal vez no sabía, era que estaba retratando a la típica familia colombiana, en la que el marido, un señor muy respetable, posiblemente miembro de las fuerzas militares o de la “muy honorable” policía nacional, llega a su casa cansado, mamado de lidiar con tanto delincuente y lo primero que ve es a su mujer echada en el mueble, feliz de la vida viendo a Elenita Vargas en la pantalla chica. Es de esperarse que el macho dominante exija lo que han venido exigiendo los hombres colombianos desde siempre, que la mujer cumpla su “papel de mujer”.

Es entonces aquí, cuando estalla la batalla campal entre ambos, el hombre regaña, la mujer contesta, el macho golpea, la mujer retrocede y como en un juego de azar, la carta se le devuelve y la mujer, la sumisa, le apunta una patada contundente en toda su “virilidad”, ¡Pobre hombre trabajador! Ni más faltaba, llega a su casa en busca de comida hecha con amor y lo reciben a las patadas, “así quién no mata, quién no entierra, quién no descuartiza a punta de machetazos”…

2 comentarios:

  1. que fuerte!!! Existe todavía tanto machismo en según que sitios...!!
    Nadie tiene el derecho de poder golpear a nadie, ni siquiera unos padres a sus hijos... Así que un marido a su mujer... ufff... hasta me parece bochornoso tener que discutir o aclarar esto... Para mi e simpensable, por mucho que nos calentemos en según que momentos... Respirar hondo y contar hasta 10...

    El blog de Renée

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    1. Es cierto, Maribel. Incluso lo último que menciono de los "machetazos" hace parte de un caso real que aconteció a las afueras de Medellín, en el que un hombre mató de esta forma a su esposa e hijastro. Son hechos como sacados de una película de terror, pero lamentablemente son ciertos y la humanidad está cada vez más loca. Un saludo.

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