miércoles, 23 de julio de 2014

Felicidad sin mente

Imagen tomada de www.eluniversal.com.co

Me puse a pensar y pensando descubrí, que no hay que pensar tanto, sí, así como lo lee y aunque le suene a redundancia, he llegado a la conclusión de que uno de los mayores obstáculos para alcanzar la felicidad es la mente. Usualmente pensamos demasiado las cosas, ese factor de raciocinio que nos diferencia del resto de los animales, es justo el impedimento que se interpone entre nuestros ideales y nosotros, y es que son esos mismos ideales los que nos condenan y nos encadenan a una vida de eterna insatisfacción y miseria. 

Recuerdo mucho una clase de Periodismo cultural en la Universidad, en la que el profesor (Uno de los mejores que he tenido en mi vida) me cuestionó acerca del hecho de que si era o no feliz, yo respondí sin dudas que sí y él me preguntó el porqué, a lo que aseveré que simplemente no tenía razones para no estarlo. Una compañera y amiga discernió de mi pensamiento y argumentó que el ser humano nunca alcanza la felicidad sino estados pasajeros de euforia, pero que nunca está satisfecho con el presente y que siempre desea algo más y al desear más, no consigue la felicidad. 

Yo pienso que efectivamente el deseo de conseguir siempre más de lo que ya tenemos es un desencadenante claro de la infelicidad, no obstante, pienso que se puede ser feliz con el presente sin necesidad de dejar a un lado las expectativas a futuro. Sin embargo, considero que el factor clave debe ser el agradecimiento del presente, ya decía Julieta venegas que "el presente es lo único que tenemos" y es cierto, así que porqué sufrir tanto por el futuro, que al fin y al cabo es incierto.

Yo personalmente, soy sumamente feliz con mi vida tal cual es, creo fervientemente que la felicidad es un estado mental y que depende única y exclusivamente de nosotros mismos, nadie puede ayudarnos a ser felices si nosotros mismos no nos mentalizamos como tal. Así que abracen el presente, miren siempre lo hermoso del día a día, disfruten sus relaciones interpersonales sin preocuparse por títulos o por la expectativa de algo más, amen sin esperar ser amados de vuelta, vivan sin esperar nada de la vida y sonrían aún cuando del cielo no te caiga lo que esperabas.

"Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada". -Proverbio Chino.