Y ahí estaba yo, intercambiando palabras de "amor" al azar, palabras que no sentía, que no quería decir. Ahí estaba yo buscando canciones con las que identificarme, tratando de hallar un mensaje en el basto universo, tratando de negar mis peores suposiciones, tratando de huir o de esconderme.
No sé dónde estás, ni que significan tus palabras, no entiendo tu subtexto. Mi cabeza se ha convertido en mi peor enemigo, las malas noticias son parte de la vida, lo que no soporto es la maldita incertidumbre.
Qué todo se vaya a la mierda si ha de ser así, pero que se vaya ya, que se haga demasiado obvio como para cubrirse los ojos. Mi pecho puede soportar las balas, solo dispara. No quiero agotar mis últimos recursos lanzando anzuelos con los que atrapo tantos peces, pero no logro llegar a ti.
¡Qué vergüenza no atreverse a hacer el ridículo! Relatos cotidianos sin censura ¡Bienvenidos!
