viernes, 25 de septiembre de 2015

Mal polvo

Me he estado preguntando hace unos días ¿Qué determina realmente el hecho de que alguien sea un mal polvo? Pienso que hay muchos factores que entran en juego, uno de ellos indiscutiblemente es la habilidad, creeríamos que una persona ágil se crea a través de un estilo de vida saludable, mediante el cual realice actividad física que mejore su resistencia, fuerza, flexibilidad, entre otros... Sin embargo, he tenido experiencias sexuales bastante placenteras con personas que no precisamente se la pasan 24/7 en un gimnasio. 

Creo entonces, que la habilidad proviene de la experiencia en gran medida, dependiendo de la cantidad y las cualidades de las anteriores experiencias sexuales podría llegarse a un punto de aprendizaje en el que empíricamente se obtiene una habilidad para el acto sexual, sin embargo, opino que a veces ciertas personas que pueden ser hábiles en el sexo, podrían no sacar a relucir estos talentos en todas las ocasiones, quizás por pereza en un momento dado o porque la pareja con la que se encuentran no les despierta tanta emoción (por llamarlo así), como para sacar todos sus dotes a relucir.

No obstante, hay un aspecto muy subjetivo en lo que respecta a la determinación de si alguien es o no un buen polvo, esto debido a que no a todas las personas nos gustan las mismas cosas, por lo que quien podría ser un excelente polvo para alguien, puede ser un polvo no tan memorable para otra persona. Aunque cabe anotar aquí, que hay ciertos aspectos que considero pueden ser tomados como positivos en la mayoría de los casos, por ejemplo, aun cuando una persona que no se ejercite puede ser sexualmente hábil, una que sí lo haga tiene grandes posibilidades de serlo también, además de que tendrá ciertas cualidades que le ayudaran a ser capaz de proceder en un número mayor de posiciones, sin preocuparse por tener las aptitudes físicas para lograrlas. 

Aunque al hablar de "aptitudes físicas", no puedo pasarme de largo la apariencia general del cuerpo y lo que está puede llegar a representar durante un acto sexual, ya que por un lado, muchas personas somos bastante visuales y para quienes tenemos dicha característica, ver algo que nos agrade es bastante importante a la hora de obtener ciertos niveles de excitación; adicional a esto, hay factores físicos que dificultan las relaciones sexuales, un exceso de grasa aquí o allá, unos centímetros de más o de menos y así sucesivamente.

El tema del tamaño, es bastante delicado entre los hombres, y aunque al parecer la mayoría de las personas no parecen interesadas particularmente en este factor, hay algunas que sí pensamos que el tamaño y además la forma, son bastante importantes. Pienso que anatómicamente,  hay cuerpos que se entrelazan mejor que otros, ambas características físicas pueden hacer una suma perfecta o tener un resultado totalmente desalentador, sin embargo, estos son factores que se alejan de nuestro propio control, por lo que no hay que preocuparse demasiado por ello, hay que dejar "fluir".

En fin, el concepto de buen o mal polvo es en gran parte subjetivo, y si bien hay factores que pueden ser considerados en términos bastante generales como buenos o malos, también hay algunas cosas que se escapan de nuestro control y que pueden determinar en gran medida lo que para alguien representa una buena o mala experiencia sexual, yo solía pensar que un buen polvo es subjetivo, pero un mal polvo es unánime, sin embargo, con el tiempo he tratado de ir cambiando este concepto, pensando que la basura de una persona puede ser el tesoro de otra, así sin más, sin eufemismos baratos.  

lunes, 7 de septiembre de 2015

Heridas que no aquejan

Cuando las cosas parecen no andar bien en nuestras vidas, es normal desanimarse, perder la confianza en uno mismo, estar intranquilo; pero qué sentido tiene. Hace poco comencé un reto para no quejarme durante un mes y me di cuenta de que gran parte de las tristezas de nuestra vida provienen de allí, de las quejas; estos días sin quejarme (o por lo menos intentando) he descubierto que al no hacerlo, los problemas desaparecen mucho más rápido, ya sea dolor, desespero, inconformismo, impotencia... Al no centrar nuestra mente en dichas situaciones, desaparecen rápidamente y por ende dejan de ser un problema.

Últimamente he tenido varios conflictos personales, no consigo trabajo, mis relaciones interpersonales no son precisamente un ejemplo a seguir y pues el tiempo comienza a parecer bastante inclemente, sin embargo, al decidir no quejarme he ido sacando de mi cabeza poco a poco estos inconvenientes, ya no me quitan el sueño y ahora solo los recuerdo mayormente cuando me hablan o me preguntan directamente por ellos, lo que me parece bastante curioso, porque hay personas que quieren saber porque se preocupan y sin embargo, al indagar, a veces causan un daño más grande, porque hunden su dedo en las heridas.

En fin, a vivir más, a reír más, a descansar más, a disfrutar más y a quejarse menos.