sábado, 10 de octubre de 2015

La metáfora del amor

Hoy les propongo un juego para la imaginación, algo así como un cuento mental donde yo les sugiero una historia y ustedes crean las imágenes en su cabeza. Supongamos que tenemos un jardín lleno de flores, de todos los tipos, de todos los tamaños, de todos los colores, de todos los aromas... Sin embargo, hay una flor entre todas a la que le tenemos un mayor aprecio que a las demás, esta flor te permite que te deleites con su belleza, que la acaricies, que aspires sus aromas; sin embargo, la flor no hace lo mismo por ti y tampoco se niega a que otros disfruten de sus gracias, tú entonces puedes tomar dos caminos, uno sería el de la libertad, disfrutar de la flor pero dejándola ser libre, dejándola ser; el otro camino es el de la opresión, podrías cortar la flor y mantenerla cautiva, seguramente ella viviría bien por un tiempo, pero con el pasar de los días, comenzaría a marchitarse. 

Este cuento tan cursi, simple e infantil, no es más que una metáfora para el amor, la mejor que se me ha podido ocurrir para ejemplificar mi punto de vista acerca de esta palabra tan famosa y tan mencionada al rededor del mundo. Para mí el verdadero amor es contemplativo, quien ama verdaderamente se complace con la presencia del ser amado sin atarlo, sin ponerle límites, sin establecer reglas para su amor, más allá de esto el amor simplemente no puede subsistir, porque al igual que la flor se marchita, se muere...




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